después, siempre sale el sol.
Son las consecuencias de crecer juntos.
Las consecuencias de ser niños,
y convertirnos en adultos mientras caminamos de la mano.
Nos quedamos siempre con lo mejor del otro,
pero también pasamos por lo peor de nosotros.
Las consecuencias de crecer, de madurar,
de cometer errores y de hacer gilipolleces.
Va dentro de todos y sólo nos sirve para aprender.
Pero debes de saber,
que yo nunca he querido,
nunca he podido,
y que nunca podré ser de nadie más mientras tenga algo tuyo.
Y tengo demasiadas cosas tuyas.
No sólo las que tú me has dado,
también las que yo he cogido prestadas.
Verte bailar cuando suena música,
obligarte a mirarme cuando me dices que me quieres,
y sobre todo las ganas.
Muchas ganas.
Ganas de seguir caminando juntos,
ganas de seguir creciendo,
y de seguir aprendiendo el uno del otro.
Mientras que caigan más ganas que rayos,
siempre llegará la calma.
Nadie dijo que fuera fácil,
y nosotros ya hemos hecho lo difícil.
Hemos convertido los kilómetros en centímetros.
Ahora sólo puede venir el sol.
