Sino, no entiendo por qué cojones estás todo el rato en mi cabeza.
Ojalá que sea porque te oigo pensar.
A ver si así un día, con suerte, te oigo echarme de menos.
Que sigo insistiendo,
Me sigue pidiendo luna por más que pasen las noches.
Y en vez de las medias naranjas, prefiero los medios limones
Y si son luneros, mejor.
Para echarlos en nuestra primera copa de Ginebra,
Y que nos hagan reír hasta las 7 de la mañana.
Te pienso tan alto que los caracoles de tu barrio han dicho que van a taparse los oídos
Hasta que nos callemos a besos en el sofá de tu casa.
Será cosa de las noches, que me hacen oírte pensar.
Pero luego llegan las mañanas para recordarme que solo me hace falta una señal de humo tuya,
Para ir corriendo a decirte en morse todo lo que te he echado de menos.
Solo espero coger un día la libreta donde escribes tus entrañas
Y leer que tú también me oyes pensar. Aunque sea solo aveces.
Luego voy a dejar la libreta en su sitio,
Y voy a cortar limones para reírnos juntos hasta las 7 de la mañana.
Y voy a pedirle a los caracoles de tu barrio que se tapen los oídos,
Porque entonces no vas a poder callarme ni a besos.
